Por:&nbsp;Ana Torrej&oacute;n, Centro Tecnol&oacute;gico AINIA (Espa&ntilde;a) El ser humano necesita consumir prote&iacute;na en su alimentaci&oacute;n como fuente de nitr&oacute;geno y amino&aacute;cidos esenciales, que son transformados en nuevas prote&iacute;nas con funciones estructurales (m&uacute;sculos) y funcionales (hormonas) que les permiten sobrevivir. El r&aacute;pido incremento de la poblaci&oacute;n mundial ha generado el reto de producir los alimentos necesarios para cumplir con las necesidades nutricionales de la poblaci&oacute;n. Se estima que en 2050 se deber&aacute;n obtener al menos 1.250 millones de toneladas de carne y l&aacute;cteos al a&ntilde;o para cumplir con la demanda mundial de prote&iacute;na animal si se mantiene el consumo actual. De la misma forma que los seres humanos, los animales necesitan consumir prote&iacute;na para poder sobrevivir. La industria c&aacute;rnica y l&aacute;ctea emplea prote&iacute;na vegetal que se transforma en prote&iacute;na animal al ser consumida por los animales de granja. El principal problema para alcanzar la demanda futura de prote&iacute;na animal es que, aunque el sector puede asumir dicho incremento en la producci&oacute;n, la producci&oacute;n de prote&iacute;na animal no es sostenible debido principalmente a la baja conversi&oacute;n entre las materias primas (prote&iacute;nas de origen vegetal) y la prote&iacute;na animal obtenida. Las prote&iacute;nas de origen vegetal, como legumbres o verduras de hoja son muy interesantes desde el punto de vista nutricional, pero requieren de grandes extensiones de tierra en forma de campos de cultivo y de agua, siendo estos factores limitantes para cumplir con la demanda global de prote&iacute;nas. A su vez, la prote&iacute;na vegetal se convierte de forma muy ineficiente en prote&iacute;na animal, siendo necesarios aproximadamente 6 kg de prote&iacute;na vegetal para producir 1 kg de prote&iacute;na c&aacute;rnica. Existen otras fuentes de prote&iacute;na que pueden ser una alternativa viable a la prote&iacute;na animal. Estas prote&iacute;nas pueden ser obtenidas a partir del cultivo de microorganismos, lo que se llama prote&iacute;na microbiana o Single Cell Protein (SCP). Es la prote&iacute;na obtenida a partir de la biomasa de organismos unicelulares como bacterias, hongos, levaduras y microalgas y otros macroorganismos multicelulares como hongos filamentosos o las algas filamentosas. Al igual que ocurre con la prote&iacute;na de origen animal, los microorganismos son alimentados con distintas fuentes de carbono y nitr&oacute;geno y &eacute;stos los transforman en prote&iacute;nas con propiedades estructurales y funcionales. <p style="text-align:center"> Ventajas medioambientales y nutricionales de la producci&oacute;n de SCP: Alta productividad: la ventaja que presenta el SCP desde el punto de vista de sostenibilidad con respecto de otros procesos de producci&oacute;n de prote&iacute;nas (tanto vegetales como animales) es principalmente la alta productividad debido a las altas tasas de crecimiento de los microorganismos y el alto grado de conversi&oacute;n entre las materias primas y la prote&iacute;na obtenida. Suministro constante: la producci&oacute;n de SCP presenta otra serie de ventajas desde el punto de vista medioambiental que incluyen los bajos requerimientos de suelo, ya que el cultivo de los microorganismos se suele realizar en reactores y la independencia de las condiciones clim&aacute;ticas, lo que asegura un suministro constante. Cumplimiento de requisitos nutricionales: desde el punto de vista nutricional, el SCP presenta una composici&oacute;n de amino&aacute;cidos que es adecuada y cumple los requerimientos de la FAO, si bien es cierto que la composici&oacute;n final de amino&aacute;cidos depende de la tipolog&iacute;a de microorganismo empleada para su producci&oacute;n. Aporte &aacute;cidos grasos o vitaminas (Grupo B): adem&aacute;s de prote&iacute;nas, los microorganismos empleados para la obtenci&oacute;n de SCP suelen aportar otra serie de compuestos que son muy interesantes desde el punto de vista nutricional como son los &aacute;cidos grasos o las vitaminas, principalmente del grupo B. El SCP destinado a alimentaci&oacute;n se genera a partir de un n&uacute;mero limitado de microorganismos, particularmente cuando se considera el consumo humano. Las fuentes de SCP utilizadas en la alimentaci&oacute;n animal son m&aacute;s amplias que las aprobadas para consumo humano y se est&aacute;n expandiendo. Microalgas, hongos y bacterias como alternativas a las prote&iacute;nas de origen animal En la actualidad hay diferentes fuentes de prote&iacute;nas alternativas a la prote&iacute;na animal tanto para alimentaci&oacute;n humana como animal. Entre ellas, destacamos la producci&oacute;n de SCP a partir de microalgas, hongos y bacterias. Microalgas: la mayor parte de SCP producido se obtiene a partir de las microalgas. Las especies que se cultivan para consumo humano o animal generalmente tienen un alto contenido en prote&iacute;nas (pueden llegar al 60%). Tambi&eacute;n proporcionan grasas (&aacute;cidos grasos &omega;-3 y carotenoides), vitaminas A, B, C y E, sales minerales y clorofila (Gouveia et al., 2008). El SCP producido por microalgas es el que est&aacute; m&aacute;s ampliamente integrado en el mercado, y se puede encontrar en forma de suplementos, disponibles en tabletas, c&aacute;psulas o en forma l&iacute;quida, pero tambi&eacute;n como ingredientes que se pueden incluir en pastas, productos horneados, bocadillos, entre otros. Hongos: la prote&iacute;na de origen f&uacute;ngico o micoprote&iacute;na es la segunda en importancia dentro de la producci&oacute;n de SCP. Existe una amplia gama de hongos (que engloban mohos y levaduras) que tienen potencial para su uso como SCP debido a su alto contenido en prote&iacute;na (que ronda entre el 30-50%) y presentan un perfil aminoac&iacute;dico que cumple las directrices de la FAO. En concreto el contenido de treonina y lisina en estos productos es t&iacute;picamente alto y, aunque el contenido de metionina es relativamente bajo, siguen cumpliendo los requerimientos indicados por la FAO. Adem&aacute;s de la prote&iacute;na, el SCP derivado de hongos proporciona vitaminas principalmente del grupo complejo B (tiamina, riboflavina, biotina, niacina, &aacute;cido pantot&eacute;nico, piridoxina, colina, estreptogenina, glutati&oacute;n, &aacute;cido f&oacute;lico y &aacute;cido p-amino benzoico) y las paredes celulares de los hongos son ricas en glucanos, que aportan fibra a la dieta. Bacterias: el SCP bacteriano es el m&aacute;s prometedor en cuesti&oacute;n de nuevos desarrollos, aunque actualmente no se emplea para alimentaci&oacute;n humana y su uso est&aacute; restringido a alimentaci&oacute;n animal. El SCP procedente de bacterias, generalmente contiene 50 a 80% de prote&iacute;na en peso seco y el contenido de amino&aacute;cidos esenciales es equiparable o superior a las recomendaciones de la FAO, con unos contenidos de metionina de hasta el 3%, que es m&aacute;s alto que el obtenido generalmente en SCP de algas o hongos. Adem&aacute;s, el SCP bacteriano proporciona algunos l&iacute;pidos y vitaminas del grupo B. Fuentes alternativas de prote&iacute;nas para el desarrollo de nuevos ingredientes: lemna, insectos y Single Cell Protein Actualmente, el SCP representa un porcentaje residual dentro de las fuentes de prote&iacute;nas destinadas a uso humano, pero es probable que la creciente demanda mundial de prote&iacute;na haga que el SCP adquiera un rol m&aacute;s relevante dentro de la nutrici&oacute;n humana. Por ello, desde AINIA estamos trabajando en un proyecto sobre investigaci&oacute;n de fuentes alternativas de prote&iacute;nas para el desarrollo de nuevos ingredientes con propiedades tecnol&oacute;gicas y saludables mejoradas denominado ProALTII. En este proyecto estamos estudiando fuentes de potencial inter&eacute;s para la obtenci&oacute;n y mejora de ingredientes proteicos sostenibles como la lemna, los insectos y el single cell protein (SCP), fuentes de prote&iacute;nas que puedan presentarse en la industria como alternativa a la prote&iacute;na de origen animal. A partir las diferentes fuentes prote&iacute;nicas y con el objetivo de optimizar la obtenci&oacute;n de nuevos ingredientes proteicos, estamos estudiando la aplicaci&oacute;n de procesos que contribuyan a mejorar las propiedades tecno-funcionales y nutricionales de los nuevos ingredientes proteicos. En el caso del single cell protein, adem&aacute;s de estudiar y definir nuevos procesos m&aacute;s sostenibles para su obtenci&oacute;n, estamos aplicando herramientas de biolog&iacute;a computacional para evaluar la viabilidad pept&iacute;dica y la optimizaci&oacute;n de procesos enzim&aacute;ticos para la obtenci&oacute;n de p&eacute;ptidos bioactivos a partir de single cell protein. Asimismo, estamos evaluando el potencial de los nuevos ingredientes proteicos obtenidos en sistemas alimentarios modelo. Con especial hincapi&eacute; en las propiedades tecnol&oacute;gicas de los nuevos ingredientes proteicos a partir de par&aacute;metros intr&iacute;nsecos a la propia naturaleza de las fuentes proteicas o como consecuencia de las modificaciones que puedan haber tenido por la aplicaci&oacute;n de las diferentes operaciones de transformaci&oacute;n. Tambi&eacute;n estamos llevando a cabo una evaluaci&oacute;n de la viabilidad legal, as&iacute; como una evaluaci&oacute;n de la sostenibilidad ambiental de la producci&oacute;n y/u obtenci&oacute;n de los ingredientes proteicos a partir de las fuentes propuestas, validando de este modo la sostenibilidad de dichos procesos en toda la cadena de valor. &nbsp; &nbsp;